jueves, 15 de abril de 2010

EL ELEMENTO PREHISPÁNICO (segunda parte)


En la primera parte esbocé las características de la religiosidad de las culturas prehispánicas en general. En esta sección describiré algunas prácticas de interés para el tema que estoy tratando. Algunos de ellos muestran un paralelo con ritos católicos.
Existía lo que podemos llamar un paisaje ritual que abarcaba numerosos adoratorios o “lugares sagrados” en todo el paisaje del que también formaban parte la naturaleza como lo demuestra el considerar a ciertas montañas y lagos como sagrados. Esto hace reflexionar como en todo el país se construyen cientos de capillas, o las numerosas cruces diseminadas en cerros o a la orilla de caminos. Aún se consideran sagrados a algunos lugares como el caso del pozo con agua curativa de San Miguel del Milagro en Tlaxcala, por ejemplo.
Apenas existía actividad humana que no requiriera su ritual correspondiente; la compleja serie de ceremonias exigía la participación de numerosas gentes y el empleo de recursos materiales considerables tal como sucede hoy con las fiestas religiosas populares. Había dioses patrones de ciudades, de barrios, de sacerdotes, oficios, la caza, etc. cada uno tenía su adoratorio y sus fiestas como ocurre con el inmenso santoral católico.
Junto al aspecto antropomórfico de los dioses, representados como ídolos, sacerdotes o victimas a inmolar, también había objetos sagrados, como reliquias, de los dioses. Los pueblos que emigraron desde el norte trajeron cada uno un envoltorio (tlaquimilolli) que guardaban en su templo y que contenía objetos sagrados considerados como el corazón de la ciudad. Eran por ejemplo, navajas de pedernal, puntas de maguey, los palos para sacar fuego, cenizas, etc. todos ellos relacionados con los mitos sobre sus dioses.
El canibalismo fue otro rito relacionado con el de los sacrificios humanos en el que los hombres consumen el cuerpo hecho dios del sacrificado. En realidad es una idea semejante a la de la comunión cristiana, con la diferencia de que los antiguos consumían de hecho la carne del dios representada por la victima sacrificada. En otros casos comulgaban con la imagen del dios hecha de semillas de huauhtli (amaranto).
En su cosmovisión, la creencia de la vida eterna para los indígenas significaba, que el alma era inmortal y, una vez salida de este mundo, continuaba viviendo en alguno de los “cielos” en los que creían, sin embargo, a diferencia de las creencias cristianas, aquello no significaba una recompensa ni un castigo. Para ellos no importaba como había vivido el hombre sino las circunstancias en qué había muerto, pues eran ellas las que decidían a que tipo de cielo le correspondía ir.
Algunos símbolos cristianos como la cruz ya gozaban de algún significado para las culturas prehispánicas. La cruz, por ejemplo, era el símbolo de las cuatro direcciones del universo y como tributo de las divinidades de la lluvia y el viento. De la misma forma algunos misterios de la fe católica no eran tan increíbles: la inmaculada concepción también era parte de sus creencias con respecto a la forma en que nació Huitzilopochtli, dios principal entre los mexicas.
La idea del pecado era algo más material que espiritual. Era, más bien, una suerte de intoxicación que había invadido el organismo, la cual era eliminada por la confesión y por la penitencia impuesta en ella, que generalmente era de carácter sangriento. Así, su confesión era de alcances más bien temporales que espirituales [1].

[1]Ricard, R. La conquista espiritual de México. Ensayo sobre el apostolado y los métodos misioneros de las órdenes mendicantes en la Nueva España de 1523-1524 a 1572. p. 100.

2 comentarios:

  1. Muy bien Marisol! Te sugiero que introduzcas puntos de contraste durante el argumento, no creo que haya tanto consenso en la descripción que vienes dando. Insisto la información es buena y está bien presentada, pero debes cuestionartela tú con ayuda de otros.

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  2. Profesor, a partir de la entra El proceso de evangelización y el sincretismo religioso trataré de ir dando respuestas a las preguntas de indagación. le agradecería sus comentarios para ir cerrando la idea de que evangelización fue un proceso inacabado y además sincretico.

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